Adolfo León Palacio Sánchez: El “Poeta” de los números
Es raro encontrar alguien que de niño haya leído toda la obra de Tomás Carrasquilla con el rigor y entrega de un adulto. También que esa misma persona amante de la literatura y la poesía se hubiere convertido en un experto de cifras, estadísticas, y números.
Ese niño fanático del costumbrismo y realismo de Carrasquilla pensó que su futuro estaría enmarcado por las letras y la cultura en todas sus expresiones. Sin embargo, al terminar el bachillerato en el Liceo John F Kennedy de Betania supo que lo suyo era la contaduría pública, aunque en principio tuviese una lucha con los números, que aprendió a manejar casi a la perfección.
La primera impresión que da el diputado liberal Adolfo León Palacio Sánchez es la de un hombre que alcanzó el éxito en lo profesional y político sin esforzarse demasiado. Es decir, su posición actual tal vez no da para pensar qué hubo detrás de su formación, porque el común de la gente cree que el profesional y político llega por que sí a sus metas.
Sin embargo, basta adentrarse un poco en la historia que hay detrás del hombre que cuestiona con lujo de argumentos la manera como se manejan las finanzas del Departamento. El gobernador Sergio Fajardo Valderrama y su equipo de trabajo han estado en calzas prietas para controvertir las críticas que ha hecho el diputado sobre educación, inversión y el manejo de la Fábrica de Licores de Antioquia.
Palacio Sánchez hace parte de una familia de 10 hermanos (dos fallecidos) e hijo de Leonardo Palacio (fallecido hace dos años) y Fabiola Sánchez quien sigue siendo su consejera. Es el segundo de los hermanos y desde muy temprana edad entendió que debía ayudar económicamente en el hogar.
Nunca tuvo reparo en ser mesero, ayudante en tiendas y carnicerías, y vendedor de cuanto alimento preparaba su mamá quien además era modista de la población. Recuerda que en ese pueblo cafetero del suroeste antioqueño no había diferencia de clases y por eso siempre trabajó con orgullo en todo lo que podía, al tiempo que estudiaba.
Una vez terminó el bachillerato entendió que las oportunidades en Betania eran escasas y decidió probar suerte en Itagüí con uno de sus hermanos. Vivieron en principio en el barrio San Pío y al poco tiempo con el trabajo de ambos trajeron al resto de la familia.
Su primer empleo fue como auxiliar de Caja del Banco Comercial Antioqueño, luego pasó a trabajar en la Beneficencia de Antioquia en el año 1970, como ayudante en Tesorería; sin imaginar que muchos años después sería el gerente de ese organismo.
Combinó su labor allí con estudios de contador público en la Universidad de Medellín, y de ahí en adelante vendría una serie de retos de una amplia carrera en los sectores público y privado.
Trabajó en la empresa Erecos, una filial de Simesa, durante varios años donde logró terminar la carrera; luego pasó a Curtimbres Copacabana, a la Asociación Nacional de Industriales, a Comfama como revisor fiscal, y a Bancoquia, pero con amor también por la política.
Fue concejal de Betania, se vinculó luego como docente de la Universidad de Cooperativa de Colombia medio tiempo, y conoció al ex diputado César Pérez García y al ex senador Guillermo Gaviria Zapata, quienes lo entusiasmaron para que hiciera una especialización en Eafit, pero sin abandonar la docencia. Años después sería vicerrector nacional de la Universidad Cooperativa.
Palacio Sánchez ayudó para que sus hermanos menores se capacitaran con su ayuda económica, producto del ascenso en sus actividades.
Siempre le pareció importante la educación para romperle el cuello a la crisis. Fue así como se desempeñó como buen alumno en el colegio, y activo en la cultura y el deporte.
La contaduría le dio todo lo que tiene. Su talento estaba más por los lados de la literatura y el lenguaje, que de los números. Sin embargo, no deja de leer y deleitarse con la poesía cuando le queda tiempo.
Recientemente cumplió precisamente uno de sus sueños de niño y era conocer la casa donde creció Tomás Carrasquilla en el municipio de Santo Domingo. Sintió gran emoción que lo transportó a los tiempos en Betania cuando se iba callado a leer la obra del escritor mientras sus compañeros jugaban.
Y aunque la literatura lo apasionaba, muy pronto se convirtió en el “Poeta” de los números, porque todas sus calificaciones fueron inmejorables en la facultad de contaduría de la Universidad de Medellín.
La gerencia de Erecos se mostró sorprendida porque le pagaban los semestres en la Universidad, pero le devolvían el dinero debido a que Palacio Sánchez ganaba becas de manera continua.
La educación le permitió todo lo que ha querido. Muchas personas le deben a él su formación profesional. En Betania hay habitantes que dicen que siempre que hablaba con ellos les insistía en que la única manera de salir adelante era estudiando. Porque sabe que hay personas con grandes capacidades, pero sin oportunidades.
Hace algunos meses tuvo la fortuna de conseguir la reparación de la escuela de la población, pues cuando llovía, los niños se mojaban más adentro que afuera.
La Política
Cuando trabajó en Almagrán, almacenes de depósito del Banco Comercial; y siendo docente de la Universidad Cooperativa de Colombia, fue nombrado por el gobernador de Gilberto Echeverry, gerente del Ingenio Vegachí.
Y durante la gobernación de Álvaro Uribe Vélez fue gerente de la Beneficencia de Antioquia, a quien acompañó en su campaña, y mantiene una buena relación con el hoy senador.
También fue suplente en la Asamblea de Antioquia de César Pérez García en el último año de Uribe como gobernador. Fue secretario de servicios administrativos y de Hacienda del ex alcalde Luis Pérez Gutiérrez, y estuvo como representante a la Cámara en reemplazo un año y medio de Guillermo Gaviria Zapata.
Estuvo en la Comisión Cuarta de la Cámara, y compartió buenos momentos con el fallecido representante Hildebrando Giraldo Parra, quien reemplazó en su momento al hoy senador Luis Fernando Duque García.
Cuando Aníbal Gaviria Correa fue elegido gobernador de Antioquia en 2003, le ofrecieron el 31 de diciembre ser gerente del Departamento de Atención y Desastres (Dapard), pero dijo que lo suyo no eran las inundaciones sino las finanzas. Luego lo llamaron como director de Indeportes y aceptó con gusto, porque ese cargo le permitía combinar los números y ayudar en materia deportiva.
Palacio Sánchez, el diputado liberal que muchos ven como alguien impenetrable por su carácter y seriedad frente a los temas de lo público, sigue siendo una persona sensible que siente tristeza ante la brecha social que persiste en Antioquia.
Nos confesó que tiene varios escritos en secreto sobre poemas, ensayos y también análisis de cómo deberían ser los departamentos en materia administrativa. Dice que la normativa es laxa y en la Constitución no hay herramientas que permitan ayudar a los mandatarios en su trabajo.
El diputado liberal también ha sido productor cafetero y defensor del sector desde hace largos años. Tal vez por esa razón muy pronto, antes de comenzar la conversación, me preguntó dónde había comprado el café que me acompañaba como antesala a la entrevista. Por el aroma inmediatamente hizo una tremenda descripción de lo que debe ser un buen café.
Ahora el próximo paso del diputado, es ser concejal de Medellín. Allí también encontrará otra manera de “realismo mágico” como el que describió García Márquez en sus novelas.
Luego de escudriñar un poco la vida de Palacio Sánchez entendí por qué es un “Poeta” de los números.
Lástima que Tomás Carrasquilla no esté vivo, porque tendría buen material para escribir sobre tantos problemas de Antioquia, sin tanto folclor y romanticismo a lo mejor, o quién sabe, porque supo lo que fue la Guerra Civil de 1877, cuando a los 16 años tuvo que abandonar sus estudios de derecho en la Universidad de Antioquia.