Recovecos Parroquiales

¿SE LOS COMERÁ VIVOS, EL «BARÓN» DE LA OPOSICIÓN?

Carlos Ballesteros Barón, a la caza de concejales como Federico Gutiérrez Zuluaga.

Por Juan Carlos Hurtado Ochoa

Medellín. Los concejales de Medellín que aprobaron el proyecto Vías de la Montaña le dieron papaya al concejal Carlos Ballesteros Barón para que éste los denuncie por el delito de prevaricato por acción.

El concejal de Polo Democrático Alternativo quiere imitar al representante a la Cámara Germán Navas Talero, quien destapó la Yidis Política y denunció a más de 80 colegas suyos por el tema del referendo.

Navas Talero se salió con la suya, y Ballesteros Barón quiere hacer lo mismo, demostrando que los concejales se brincaron la ley para aprobar una partida de 400 mil millones de pesos para el proyecto Vías de la Montaña, que es del orden nacional.

El concejal Federico Gutiérrez Zuluaga dijo que delito hubiera sido no aprobar un proyecto tan importante para la ciudad. “Es absurdo que un colega nos quiera ver en la cárcel, porque queremos sacar la región adelante”.

Ballesteros Barón ha demostrado que es un concejal sin límites aparentes cuando se trata de defender sus ideas y parece que quiere comerse vivos a sus compañeros en un proceso judicial que apenas está por comenzar.

NO HAY RESPETO

Y siguiendo con el Concejo, la falta de respeto por parte de algunos secretarios con la Corporación, sigue generando múltiples resquemores entre los concejales.

Federico Gutiérrez Zuluaga estaba sumamente apenado con la Filarmónica de Medellín porque se citó al secretario de Cultura Ciudadana, Luis Miguel Úsuga, y este simplemente no asistió y tampoco se excusó.

Los concejales pensaron que en el reciente desayuno de trabajo con el alcalde Alonso Salazar Jaramillo, en que el todo fue alegría y palabras halagadoras de parte y parte, era el fin de la cadena de irrespeto generada por secretarios que no asisten a los debates. Lamentablemente no fue así, y ahora los corporados no saben qué pasa al interior de la Alcaldía.

“Es como si a nosotros nos citara el Alcalde y le enviáramos a la secretaria o asistente nuestra. Así nos trata la Administración y no pasa nada. Deberíamos aplicar de una vez por todas la moción de censura para que nos respeten”, advirtió el concejal Carlos Ballesteros Barón.

Lo más grave es que el Concejo intentó, a través de un proyecto, reformar el reglamento para incluir puntos que le permitan controlar la asistencia de los secretarios, pero legalmente no fue posible y quedaron en las mismas: sin herramientas y con la constante burla.

QUÉ ESTARÁ PASANDO

Hasta los mismos concejales que acompañaron a Fajardo y Salazar no entienden qué puede estar pasando en la Administración, “porque parece que el jefe dijera una cosa y algunos colaboradores hicieran otra”, anotó un corporado que prefirió no dar su identidad.

Ese mismo corporado le dijo a GRAN CIUDAD que al interior de la Alcaldía parece que hay un grupo retrechero que no camina y así es muy difícil. “Es más, en el Concejo ya no sabemos quiénes somos los cercanos al Alcalde”.

DIFERENCIA EVIDENTE

La no presencia del alcalde Alonso Salazar en el Consejo Comunal del sábado anterior en Belén Altavista hubiera pasado inadvertida, sino fuera porque el mandatario estuvo en Santa Elena inaugurando un centro de salud en medio de mucha polémica.

El concejal Jesús Aníbal Echeverri Jiménez nos dijo que aunque no estuvo en Santa Elena, varios líderes de la zona le informaron que el Alcalde habría tenido serios enfrentamientos con el ex corregidor y con personas de la zona.

Indicó que el Alcalde se habría referido a tres concejales que manipularían a la comunidad con propuestas falsas, y por ello le solicitará al mandatario que de nombres porque una situación similar se presentó en la Iguaná y no está dispuesto a soportar comentarios malintencionados.

La diferencia entre Echeverri Jiménez y el Alcalde es porque el concejal tiene un contacto muy cercano con algunas comunidades y en ocasiones ha puesto en evidencia una supuesta mala gestión de la Administración en temas como el de vivienda.

Además de las dificultades que se habrían presentado en Santa Elena, es evidente que el alcalde Salazar Jaramillo no anda muy bien con el presidente Uribe, y por ello le dejó el protagonismo al secretario de Desarrollo Social, Jorge Melguiso Posada, quien sí sabe para qué es un consejo comunal. Y sí que lo aprovechó al máximo.

Lo preocupante de estas diferencias es que el Alcalde no debe permitir que el presidente Uribe se apropie de sus espacios, en momentos en que la ciudad necesita unidad de criterio por parte de las autoridades que pueden cambiar la dura realidad que vive la capital.

Alguno de los dos debería dar el brazo a torcer.

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