Nada qué hacer
Liliana Rendón Roldán tendrá que entender que no puede forzar el aval, y aunque se vaya por la vía judicial el proceso sería largo y desgastante.
También podría ocurrir que le den el aval, pero las bases reciban la orden de apoyar otro candidato. Sin embargo, esto no le convendría a Centro Democrático, porque una baja votación no sería buen ejemplo después de los buenos resultados en el Congreso.
A Rendón Roldán le ocurrió como a quien es invitado a una fiesta por un tercero que es amigo del anfitrión, pero al final ese convidado se quiere robar el show lo cual termina por incomodar al protagonista.
La ex senadora siempre supo que su llegada a Centro Democrático sería difícil porque no había aprobado la reelección de Uribe y tenía que ganarse un espacio. Cumplió con todos los procesos, pero no fue suficiente para convencer a un ex presidente que no quiere candidatos, quiere ganadores.
La pregunta que nadie ha sido capaz de responderle a Rendón Roldán es por qué la hicieron renunciar al Senado y al Partido Conservador si no la iban a respaldar cuando pasara por todos los filtros.
También sabe que una demanda no sería el camino más idóneo, porque presionar un aval es inconveniente para conseguir los votos en armonía con el equipo, la cual hace rato se deterioró.