El CARTEL DE LOS SAPOS, CAMINO SIN RETORNO
Por Juan Carlos Hurtado Ochoa
Pedro y Judas se están quedando cortos ante lo que viene sucediendo con concejales del Centro Democrático en una novela que aún no termina de denuncias, sanciones, negaciones, señalamientos, acusaciones. Se están sacando los trapos al sol.
Están emulando a la serie el Cartel de los Sapos, en un camino sin retorno, porque mientras más hablan, peor es la cosa.
Cuando Juan Carlos Vélez Uribe defraudó a Álvaro Uribe Vélez, al contarle al diario La República la manera como se vendió el NO, el ex congresista se fue sin hacer ruido del equipo e hizo su duelo diplomáticamente.
Sin embargo, ahora la concejala María Paulina Aguinaga (molesta con una sanción, carente a nuestro juicio, de pruebas contundentes) prendió el ventilador recordando que tanto Simón Molina Gómez como Sebastián López Valencia, también han comido de la administración de Daniel Quintero Calle.
Lo grave de este cartel de los sapos, es que se trata de un camino sin retorno, porque nada hará cambiar a Uribe de posición frente a los 4 concejales que lo defraudaron. Es posible que la sanción no prospere, que una expulsión, menos, pero ocurre como cuando un trabajador, que es una pesadilla en una empresa, un juez ordena su reintegro cuando lo echan. Lo reciben, pero en un ambiente totalmente hostil.
Ahora que Aguinaga puso en evidencia a los concejales que deseaban tener presidencia opositora, ténganlo por seguro que no se quedarán callados y explotarán otras verdades.
Llevar una pelea de un matrimonio a las redes y a la calle, es exponerse sin necesidad, cuando los problemas internos se deben resolver con prudencia.
Ya no hay vuelta atrás: la bancada del CD en el Concejo está destruida, porque hay muchos intereses individuales.
No queremos ni imaginar la rabia que debe tener Uribe con este espectáculo que se le salió de las manos hace rato, al tiempo que el alcalde sigue disfrutando de la novela de Chuscalito que en parte él mismo dio a conocer.
