“CONTRALORÍA SE EQUIVOCÓ, Y MIS COLEGAS PREFIEREN NO DEBATIR”: CONCEJAL ALFREDO RAMOS MAYA
Por Juan Carlos Hurtado Ochoa
Según el concejal de Medellín, Alfredo Ramos Maya, la Contraloría General de la República, se equivocó en la auditoría realizada a los contratos de los 220 mil kits alimentarios para instituciones oficiales al inicio de la pandemia.
Aseguró que el ente de control no tuvo en cuenta los costos de los productos con y sin IVA. Por eso no detectó sobrecostos y tuvo que archivar el proceso.
Ramos Maya sostuvo en entrevista concedida a Gran Ciudad Tv Digital, que él no se anda con chismes y pudo establecer que la Administración pudo haber ahorrado cerca de 5 mil pesos por paquete alimentario, sin contar la compra por volumen que también pudo generar mejores precios.
Cuando le preguntamos por qué sus compañeros de bancada (7 en total) ninguno lo acompaña en dicha denuncia, respondió que aunque es respetuoso con ellos, es probable que no tengan información, que piensen más en sus intereses personales (sus parcelas), o simplemente no les interesa hacer control político para quedar bien.
También advirtió que muchas de las denuncias que ha formulado en los debates, las ha socializado antes con secretarios de la Administración, sin éxito alguno. “Yo no soy de tener una actitud en el Concejo, y otra por fuera. Soy igual en todos los escenarios y no me ando con rodeos”.
Manifestó también que le gustaría que sus contradictores dieran los debates con pruebas y argumentos, porque él no habla de suposiciones o chismes de pasillo.
Importante recordar que el alcalde Daniel Quintero Calle desde que comenzó la pandemia pidió a todos los órganos de control vigilar con rigor toda la contratación, especialmente la que se hace de manera directa por razones de emergencia. Hasta la fecha dichos entes regionales no han encontrado nada extraño, y la Contraloría General de la República tampoco. Similar escenario ha ocurrido con respecto a la Gobernación.
En toda democracia se requiere posición de gobierno, posición intermedia, y oposición (equilibrio). El problema surge cuando en cualquiera de los tres escenarios no existen elementos que construyan debate serio. De ahí surgen a veces quienes prefieren hablar por a hablar y quedar bien con todo el mundo, quienes dan palo porque sí, y quienes realmente estudian los temas. Estos últimos son los más importantes.
