Y AHORA… ¿QUIÉN PODRÁ DEFENDERNOS?
Por Juan Carlos Hurtado Ochoa
Necesitamos rápido al Chapulín Colorado en Antioquia. Hablando en serio, las informaciones que da a conocer el alcalde Daniel Quintero Calle son preocupantes.
En un trino dice que tiene información de primera mano que habría daños en los bancos del Poblado por parte de infiltrados en las marchas, y dispone de mil policías para contrarrestarlos.
No sabemos de inteligencia, pero sería bueno conocer si es posible individualizar a esos individuos antes que ocurran daños, bloqueos y las alteraciones del orden público.
Es compleja la zozobra que vivimos por cuenta del Covid, las marchas intempestivas casi diarias, y la confianza en que la fuerza pública nos pueda proteger.
La Fiscalía General de la Nación cuenta con una unidad especial para contrarrestar el ciber crimen, y el alcalde sostiene que los mensajes de amenazas provienen de grupos de WhatsApp.
¿Entonces por qué no pegar primero? Sería la pregunta de cualquier ciudadano.
En acto quijotesco, más que otra cosa, el abogado Hernán Cadavid, asesor de Álvaro Uribe Vélez, denunció penalmente a los miembros de los comités de las marchas por bloquear las vías y los daños a los bienes públicos y privados.
Según él, la denuncia apunta a proteger otros derechos fundamentales como la salud y el trabajo. Sin embargo, esa denuncia, a nuestro juicio, sería presumir la mala fe y sin pruebas, pues las centrales han dicho que no han ordenado esos desórdenes y tampoco son capaces de controlarlos.
Según Cadavid los organizadores sí tienen responsabilidades porque en sus comunicados han dicho que los bloqueos son herramientas válidas, por lo tanto eso es incitar, dirigir, constreñir o proporcionar medios irregulares.
Habría que denunciar también entonces a las autoridades, por no garantizar la movilidad y seguridad de los ciudadanos, que también son derechos y principios constitucionales.
O tocará llamar al Chapulín Colorado.
