Recovecos cortos

¡QUÉ EJEMPLO DE CONCEJO EL QUE TENEMOS!

Por Juan Carlos Hurtado Ochoa

¿Se imaginan si 5 concejales de Medellín (de 21) quedan sin voz y voto por cuenta de sanciones de sus propios equipos?

Con ese panorama, el Concejo pasará a la historia como uno de los más impopulares de los últimos años.

Recientemente perdieron curules los concejales John Jaime Moncada Ospina y Carlos Zuluaga, por doble militancia y otras causas, y en la mira están Aura Marleny Arcila Giraldo y Alex Flórez Hernández.

Ahora los concejales Lina García Gañán, Nataly Vélez, Albert Corredor, María Paulina Aguinaga, y Luis Bernardo Vélez Montoya quedarían sin voz y voto porque sus equipos (CD e Independientes) no se los soportan.

De hecho el comunicador César Betancur, asesor de Lina García Gañán, ya saltó del barco al señalar que ante los últimos acontecimientos renuncia. ¿Será que el colega no sabía que cuando uno se pone una camiseta lo lógico es estar en las buenas y malas? A menos que esté solidario con Uribe. Bueno allá él.

A su turno, el nuevo presidente del Concejo, Lucas Cañas, le dijo a la colega Luisa Restrepo, que la coalición de gobierno fue seria en mantener los acuerdos y que los 4 concejales del CD, que ayudaron con su elección, fueron democráticos. ¿Existe alguna diferencia relevante entre serio y democrático?

Así la coalición de gobierno hubiera sido seria, sin los votos de los disidentes del CD, no hubiera sido posible el cumplimiento de los acuerdos para que Cañas fuera presidente.

Cercanos al alcalde Daniel Quintero Calle dicen que están muy felices, porque luego de contar con una coalición de gobierno apretada, ahora tienen de frente hasta concejales de la “oposición”.

Sin embargo, los 4 disidentes del CD, aseguran que en Chuscalito nunca hubo acuerdo en cuanto al nombre de Simón Molina Gómez y se echaron un cuento forzado sobre la participación de la mujer en la mesa directiva.

Una lástima que quienes grabaron al escondido videos en las afueras de Chuscalito, no hubieran sido más acuciosos poniendo micrófonos en la mesas del lugar e intervenir las cámaras para saber  qué fue lo que realmente se acordó allí, y terminar de embarrarla.

Queda claro que en política pesan mucho los intereses particulares, y queda difícil darse ciertas pelas ideológicas con el estómago vacío. A lo mejor Álvaro Uribe no entendió eso antes de entregar los avales.

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