Recovecos cortos

MÁS ALLÁ DEL OBJETO DEL CONTRATO, EL PROBLEMA DE LA ALCALDÍA DE MEDELLÍN ES OTRO

Por Juan Carlos Hurtado Ochoa

Más allá de la polémica que surgió en las últimas horas sobre un contrato entre Selecta Consulting Group y la Alcaldía de Medellín para monitorear medios, o como dicen otros, para perfilar o quién sabe qué otras cosas, nosotros no vamos a entrar en esa discusión, porque eso les toca a los entes investigadores y de control.

Sin embargo, desde que comenzó esta administración el alcalde Daniel Quintero Calle ha sido su propio medio y oficina de comunicaciones a través de su cuenta de twitter. El “chivea” como decimos en el periodismo, a sus funcionarios encargados de esa tarea. Es su propio amigo y enemigo a la vez.

No hay necesidad de hacer estudios y análisis rigurosos para establecer que él mismo genera aceptación o rechazo con sus trinos. Puede medir la temperatura fácilmente.

Tampoco es necesario hacer una investigación rigurosa para saber cuáles somos los medios que hablamos de frente sobre lo bueno, regular y malo, quienes hablan solo en una dirección, quienes se esconden con seudónimos, y quienes promueven bodegas en la clandestinidad.

Además esas prácticas no son nuevas, y el alcalde como viceministro de las TIC que fue, conoce perfectamente esas dinámicas.

Son tan precararias las comunicaciones (y desde enero se lo venimos diciendo) que un contrato que probablemente no hubiera tenido ruido alguno en otra administración, hoy es noticia del día en redes, como los presuntos irrisorios 5 millones de pesos que le habrían ofrecido en pauta a Caracol Radio el día del Padre para un publireportaje.

Repetimos: el Alcalde es el único que puede enderezar el mensaje y no lo hace, porque un día arma un tierrero con un trino, al siguiente lo rectifica, o lo cambia por otro tema, al tiempo que su equipo de comunicaciones pasa a un segundo plano y sale a apagar  un incendio cuando el agua no alcanza.

Y tienen razón los secretarios que salen a decir ahora que se trata de enemigos políticos. Por su puesto que sí hay quienes aprovechan estos papayazos. Por eso el mensaje de debe ser claro y no dar lugar a equivocaciones.

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