Recovecos cortos

LIBERAL HASTA LA MUERTE: EUGENIO PRIETO SOTO

Por Juan Carlos Hurtado Ochoa

El ex senador y ex gobernador de Antioquia, Eugenio Prieto Soto aseguró que seguira siendo liberal como reza el himno: “…Somos liberales nuestra voz prolonga, el clamor y el nombre de Uribe y Gaitán…”

Prieto Soto, quien anda acuartelado en Jericó con su primera dosis de vacuna, reconoció que hace poco fue tentado para hacer parte de la Coalición de la Esperanza y la Alianza Verde.

Sin embargo, pudieron más el fervor y el trapo rojo. Sueña con recupar la seriedad del partido. Que la descentralización sea una verdadera realidad, porque los avales los siguen dando desde Bogotá y los dirrectorios regionales son convidados de piedra.

Prieto Soto sabe de amores y desamores. En 2015 se echó al hombro al Partido Liberal con su aspiración a la alcaldía de Medellín. Muy pronto se enteró que algunos concejales, diputados, y congresistas estaban apoyando otras campañas.

Otra persona hubiera denunciado y demandando a más de uno por doble militancia. O elevar quejas ante los órganos de la colectividad. Pero qué va, se mamó el varillazo con altura y fue Federico Gutiérrez Zuluaga en 2016 quien le devolvió la dignidad nombrándolo gerente del Área Metropolitana.

Ahora, y dejando de lado esos episodios, pretende con su matiz, Liberalismo Social Democráta, construir una propuesta para el 2022  de aliento hasta el 2023.

Actualmente cuenta con el diputado Luis Carlos Ochoa, y con el secretario de Movilidad de Medellín, Carlos Mario Mejía Múnera.

Su idea es seguir conversando con las fuerzas liberales que orientan el senador Iván Darío Agudelo Zapata y la concejala Aura Marleny Arcila Giraldo, con Néstor Hincapié.

Son dos matices (muy distantes entre ellos) con los que tiene buena afinidad.

En esos análisis que hace por estos días desde su cálida tierra Jericó, considera una aspiración al Congreso con alguna fórmula, o apoyar otra fórmula y guardarse para el 2023 en un tema de alcaldía de Medellín o Gobernación. No anda con afanes y vanidades. Le interesa mantener fuerte su matiz.

El ex senador es optimista en que los partidos tradicionales vuelvan a tener respeto.

Nosotros, por ejemplo, recordamos masivas reuniones en el Club Medellín con empanadas a bordo en las que se tomaban determinaciones de gran calado y con líderes muy respetados.

Ahora los movimientos significativos por firmas opacan esas estructuras y ahí está el reto de los partidos tradicionales para recuperar el respeto.

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