¿Y POR QUÉ TANTA VAINA Y ENVIDIA CON LUIS BERNARDO?
La renuncia del secretario de Inclusión Social de Medellín, Luis Bernardo Vélez Montoya, para aspirar a la Alcaldía de la ciudad, generó más envidias y recelos que aplausos.
No sabemos cuál será la vaina contra alguien que tiene buena hoja de vida, ha sido concejal y líder social sin escándalo alguno.
Apenas dimos a conocer la primicia inmediatamente empezaron múltiples comentarios como que él no cuenta con el apoyo de Federico Gutiérrez, que hace parte de la Alianza Social Independiente, y todo de tipo de cosas para bajarle la caña en su intención válida de aspirar.
Interpretamos que quienes no han sido capaces de decir abiertamente sus ganas de ser candidatos se molestan porque Vélez Montoya va de frente y tiene todo el derecho, pues en 2015 cuando Sergio Fajardo Valderrama lo bajó del bus en su aspiración para ayudar a Alonso Salazar Jaramillo, tuvo la hidalguía de ponerse la camiseta de Federico Gutiérrez Zuluaga pese a lo tímido en las encuestas por esos días para el candidato de Creemos.
También están los envidiosos que dan por seguro que Centro Democrático barrerá en las regionales, cuando en las anteriores para Gobernación y Alcaldía no fue así. Aquí todos arrancan prácticamente de cero y cualquier cosa puede pasar.
Está el ejemplo de Gabriel Jaime Rico, quien iba muy bien en las encuestas, luego fue desinflado rápidamente por informes de prensa y maquinarias que no se comprometieron, y acabar rápidamente con su ventaja inicial.
O cuando Juan Carlos Vélez Uribe daba por seguro que ganaría la Alcaldía de Medellín y quienes lo rodearon de varios equipos ya hablaban antes de ensillar las bestias de cómo estaría repartido el gabinete. Y perdió.
Y si nos vamos a lo nacional Iván Duque fue un candidato construido en pocos meses, porque ni en Antioquia los miembros del CD lo querían. De ahí que no sea raro que la senadora Paola Holguín haya perdido la Presidencia del Senado.
Vélez Montoya tiene todo el derecho de aspirar, y los envidiosos en vez de preocuparse por el aval de él y si va por firmas, deberían hacerse contar y demostrar de qué están hechos.
