Recovecos cortosUltimos Recovecos

SACAR LA CARA HOY COMO CANDIDATO PRESIDENCIAL ES EXPONERSE Y POSIBLE DESGASTE, SEGÚN ALGUNOS

El atentado contra Miguel Uribe Turbay prendió las alarmas sobre la conveniencia de mostrar muy temprano aspiración presidencial.

Un concejal de Medellín (quien prefiere no lo mencionemos), nos dijo que semanas antes del atentado contra el precandidato presidencial, Miguel Uribe Turbay, le había dicho que tuviera cuidado que el ambiente estaba muy caliente y cualquier cosa podría pasar para intentar sabotear las campañas contrarias a Gustavo Petro, y él, particularmente venía hablando muy duro.

Ese concejal, es de la teoría que asomar tan pronto la cabeza en una campaña, y cuando surgen algunos síntomas de favorabilidad, es exponerse y hacerse presa fácil de cualquier clase de ataques para desinflar el proyecto.

Sin embargo, consideramos que su teoría (aunque pueda tener algo de razón), no es viable en tanto que hay nombres que no tienen reconocimiento nacional y deben construir su proyecto con tiempo.

Algunos casos: Álvaro Uribe Vélez en el 2000 cuando solo lo conocían en Antioquia y tuvo que hacer mucho trabajo para que lo conocieran en otros lados; el mismo Rodolfo Hernández, fortalecido por redes sociales y viral por hablar duro y ser grosero; e Iván Duque, era otro desconocido, pero con buen padrino.

Muy pocos (de esos posibles 80 candidatos) pueden darse el lujo de hacer una campaña tres o cuatros meses antes de la contienda. Tal vez un Germán Vargas Lleras, o Sergio Fajardo Valderrama, quienes vienen hace años haciendo campaña y son ampliamente conocidos. Los demás, hacen parte de un lote que difícilmente podrá hacerse contar si se duerme y no entra en grandes coaliciones, para escoger una fórmula de peso.

Así que empezar temprano o tarde campaña no es sinónimo de éxito. En Medellín hemos tenido algunos ejemplos: Federico Gutiérrez Zuluaga en su primera alcaldía no era el favorito, como tampoco Daniel Quintero Calle en el 2019. Menos Andrés Julián Rendón Cardona en el 2023.

Una campaña en política puede crecer o destruirse de un día para otro con una noticia buena o mala. Un escándalo o un golpe de opinión, pueden hacer la diferencia.

Publicaciones relacionadas

Botón volver arriba