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¿POR QUÉ NO LE HAN SACADO MÁS COSAS AL PERSONERO DE MEDELLÍN?

El personero no sabía los contradictores políticos que le iban a tocar en Medellín.

Desde la compra de unos carros, que al final cumplieron con todos los requisitos de ley, no se han conocido nuevas polémicas contra el personero distrital de Medellín, Mefi Boset Rave Gómez.

Lo que no sabía Rave Gómez, cuando le armaron el show mediático por la compra de unas camionetas el año anterior, es que una cosa era ser personero de El Peñol o de Copacabana, donde ocupó el cargo, a Medellín, donde hay que responderles a 21 concejales (algunos de ellos bastante “hambriados” de puestos) y a sectores políticos que exigen resultados en materia disciplinaria.

Fuentes del organismo nos informaron, por ejemplo, que cada que avanzan investigaciones contra ex funcionarios del exalcalde, Daniel Quintero Calle, “curiosamente” aparecen de la Procuraduría a ejercer control preferente y se llevan los procesos. Y lo pueden hacer.

Las fuentes también nos cuentan (y esperamos hacer un derecho de petición para confirmar los datos) que los contradictores políticos no han podido encontrar fallas en la gestión del personero.

Que redujo los costos en servicios de internet, que eran sumamente elevados porque nadie hacía la gestión de buscar mejores ofertas; que la atención al público en tutelas mejoró porque el mismo funcionario que atiende a la persona se encarga de todo el proceso hasta la admisión y fallo. Eso antes no pasaba. Igualmente, los formatos se montan en pdf y en archivos digitales, porque los costos en fotocopias eran exagerados. La Personería no se volvió a inundar, pese a los fuertes aguaceros, y hay un plan de mejora en la infraestructura sin superar el presupuesto asignado.

Dicen que el error que cometió el personero fue creer que bastaba con hacer el trabajo técnico, y no comunicar cómo encontró el organismo, lo que ha hecho y lo que tiene que hacer.

Hay una frase en política que reza: “Quien no dice lo que hace, otro dice lo que no hace”.

Y ser personero de Medellín implica moverse en lo técnico y lo político, lo cual no le gusta mucho a quienes han ganado concurso por méritos y les cuesta hacer esa tarea, como le ocurre a Rave Gómez, quien ya pagó el costo de esa postura y se tiene que parar firme ante los contradictores, contando los resultados y estar muy pegado a la ley. Más que cualquiera.

 

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