Recovecos cortos

NO PERDIERON CURULES POR SER MALAS PERSONAS, MALOS POLÍTICOS O PROBLEMAS CON LOS VOTOS

Por Juan Carlos Hurtado Ochoa

Los concejales y diputados que perdieron curules en los últimos días no fueron ser por malos políticos, malas personas, o por errores en su votación.

Es bueno recordar que perdieron sus curules porque incurrieron en faltas legales como doble militancia y violación de los regímenes de inhabilidades e incompatibilidades.

Resulta fácil buscar culpables y señalar que los periodistas le echamos leña al fuego. Eso no es cierto. Sería irresponsable decir que los ex diputados Rodrigo Mendoza Vega y Juan Camilo Callejas estaban haciendo mal la tarea en sus cargos o incurriendo en situaciones irregulares. O lo mismo con los ex concejales John Jaime Moncada Ospina y Carlos Alberto Zuluaga Díaz.

Los análisis que hemos hecho aquí son en estricto derecho y citando fuentes expertas en lo electoral, y apoderados de quienes demandaron. Así como normas y sentencias sobre estos asuntos.

También desde la formación como abogados hemos hecho interpretaciones tales como que un político (con la calidad de servidor público cuando ocupa un cargo de elección popular) tiene el deber funcional y constitucional de salvaguardar más que el ciudadano del común las normas y cumplirlas al pie de la letra.

Por eso no es dable justificar las faltas en las que incurrieron los sancionados, pues había suficientes elementos normativos para colegir que corrían riesgos.

Lo que pasa es que anteriormente los procesos en el Consejo de Estado por doble militancia y pérdida de investidura duraban una eternidad y cuando salían los fallos, los sancionados ya estaban en otros escenarios políticos.

Lo que viene ocurriendo en el Consejo de Estado, con magistradas tan juiciosas, como la presidenta de la Sección Quinta, Rocío Araújo Oñate, tiene que ser mensaje claro para los futuros aspirantes.

Desde que luego que da pesar que políticos que llevan años en cargos de elección popular tengan que irse, pero ante lo legal esas valoraciones lamentablemente no cuentan.

Nos gusta mucho citar el ejemplo del empleado que lleva 20 años haciendo excelente tarea, y un día comete un error grave, y pretende que sus jefes tengan en cuenta todo lo bueno que hizo, omitiendo lo ocurrido.

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