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NO ES UN JUEGO DE NIÑOS EL NUEVO CARTEL DE MEDELLÍN

El jefe de Planeación, Carlos H Jaramillo y el secretario de Gobierno, Jesús María Ramírez, durante el debate en el Concejo de Medellín sobre juegos y azar.

FOTO Y TEXTOS:
JUAN CARLOS HURTADO OCHOA

El nuevo cartel que se está descubriendo en Medellín no es un juego de niños, proviene del juego de azar que ha venido creciendo sin control.

Así lo dio a conocer el secretario de Gobierno Municipal, Jesús María Ramírez, quien aceptó que la situación se les está saliendo de las manos, porque los casinos y sitios de máquinas tragamonedas cuentan con una legislación especial que sólo controla la Nación y Etesa.

El funcionario encargado de la seguridad en la ciudad reconoció que el problema es mayúsculo: menores adictos al juego que ingresan muchas veces a los casinos sin problema alguno y una enfermedad que toca a muchos llamada ludopatía.

El concejal Nicolás Albeiro Echeverri Alvarán se mostró muy preocupado cuando informes de las autoridades dan cuenta que los juegos de suerte de azar se han convertido en una especie de cárteles o mafias que luchan por el posicionamiento de zonas.

Indicó que “no sé de qué ciudad soy concejal. Si de una ciudad inundada por los mercados negros de las armas y la droga, o por una Medellín que ahora tiene un casino en cada esquina”.

Echeverri Alvarán dijo que no es posible que detrás de la legalidad que ostentan algunos casinos, haya redes de delincuencia que están incidiendo negativamente en la seguridad de la capital.

Para el concejal Fabio Humberto Rivera la Secretaría de Gobierno no debe excusarse diciendo que la Nación y Etesa son los organismos encargados de controlar estos sitios, puesto que los horarios y lugares donde funcionan estos puntos de encuentro si son responsabilidad del Municipio.

“Por ejemplo, el hecho de que haya menores en los casinos es competencia de la Policía y así sucesivamente cada dependencia de la Administración tiene su labor”, advirtió Rivera Rivera.

La secretaria de Salud Municipal, Luz María Agudelo Suárez, manifestó que adelantar programas para reducir los casos de ludopatía es un gran reto, cuando la oferta de lugares de ocio es tanta en Medellín.

El concejal Federico Gutiérrez Zuluaga también señaló que Medellín afronta un problema social por el juego, la prostitución y otros factores que le están tomando ventaja a la ciudad desde hace tiempo.

Lo único que queda claro es que lo que viene pasando en Medellín no es un juego de niños, es el juego del poder, la violencia y la ambición, que se ha convertido en un gigante que creció a espaldas de los habitantes.



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