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MIENTRAS EL CONCEJAL JUAN CARLOS UPEGUI SE VA, EL DIPUTADO HERNÁN TORRES SE QUEDA

Hay una línea delgada cuando los elegidos en corporaciones públicas han tenido familiares ordenadores de gasto.

Mientras el concejal de Independientes, Juan Carlos Upegui, perdió su curul por nulidad electoral, el diputado liberal Hernán Torres, conserva la suya y por hechos semejantes.

La sección quinta del Consejo de Estado determinó que el padre del concejal Upegui, rector de un colegio en Medellín, Carlos Alberto Upegui Mejía, tenía la condición de ordenador de gasto y, por ende, la inhabilidad para que su hijo aspirara a la corporación.

Sin embargo, en cuanto al diputado liberal, Hernán Torres, el órgano sostuvo que su sobrina, Gloria Patricia Castro Torres, quien se desempeñaba como contralora auxiliar del departamento, no tenía la condición de ordenadora de gasto. Así que no se generó la inhabilidad.

En nulidades electorales y pérdida de investidura, hay unas líneas muy delgadas, y otras muy evidentes, en las que quienes se hacen elegir no hacen el estudio riguroso o “tiran el varillazo” para que no los demanden. Sin embargo, siempre hay alguien esperando la oportunidad para demandar y conseguir la curul que el otro ganó en condiciones probablemente irregulares.

Parece que a quienes aspiraron en esta ocasión, y tenían dudas, no les sirvió las pérdidas de investidura y nulidades electorales de concejales como John Jaime Moncada Ospina, Aura Marleny Arcila Giraldo, Carlos Alberto Zuluaga, y el diputado Rodrigo Mendoza Vega, por citar ejemplos relativamente recientes.

A Upegui también se le olvidó lo que le pasó a su amigo el senador Alex Flórez Hernández, quien tuvo un contrato de prestación de servicios hasta unas semanas antes de ser elegido como concejal de Medellín.

En remplazo de Upegui entra como concejala Camila Gaviria, de Creemos.

Lo que sí nos parece de mal gusto, es la forma como algunos concejales del Centro Democrático y Creemos están burlándose de un colega, como si ellos fueran perfectos y blindados para no incurrir en algún tropiezo legal. Se supone que la democracia se construye en medio de las diferencias. Mal ejemplo para la gente. Las ideas contradictorias tienen un techo. Y eso, parece, que ya se perdió.

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