Recovecos cortos

O se replantean o desaparecen más temprano que tarde

-Los medios impresos en nuestra región se están replanteando porque sus directores saben que la competencia es grande y las exigencias del público no dan espera.

Recientemente fuimos testigos con tristeza sobre el cierre del periódico Vivir en el Poblado, que aunque era de circulación gratuita los retos económicos de hoy terminaron asfixiando una publicación que probablemente no exploró con éxito la posibilidad de mutar a la virtualidad.

Ahora el periódico El Mundo está incursionando en la gratuidad de la publicación, aunque sus directivas tendrán que ser más agresivas con las plataformas virtuales para mantener el medio vigente.

Hace algunos años los periódicos tradicionales eran los que marcaban agendas públicas y privadas. Ya no.

¿Quién no recuerda cuando el colega César Pérez Berrío con una columna política en el periódico El Colombiano logró, como se dice coloquialmente, “tumbar” al gobernador Bernardo Guerra Serna?

Nuestras generaciones poco leen periódicos. El papel es un tema romántico que muchos quisiéramos conservar, pero que en la práctica tiene sus días contados.

Mucha gente se entera de las noticias, consulta textos y lee novelas a través de los medios virtuales. Si no entendemos eso, es probable que sigamos viendo cómo algunos medios seguirán cerrando sus puertas.

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